En el contexto de la asistencia de Gabriel Boric y Sebastián Piñera al cambio de mando presidencial en Paraguay es que la prensa aborda al ex mandatario.

Piñera en evento del cambio de mando de Paraguay (15-Ago-2023).

Aparentemente tiene más de algo que decirle a todos los chilenos sobre nuestra situación política y económica. En un determinado momento expresa, “hoy, la economía chilena está estancada”.

Frases al voleo ante periodistas impávidos como éstas abundan hoy de sobremanera.

Cual competencia de tiro al blanco, se nos mantiene expectantes de quién será el próximo en dispararle al gobierno. Ya sea de forma espontánea o pauteada desde presidentes de partidos. Si existe un mensaje que comunicar a todo Chile, con certeza contarán con los medios que permitirán este cometido. Si no es mediante invitación a programas de debate o entrevistas, bastará muchas veces con subir contenido a redes sociales, siendo después reproducido en noticiarios y periódicos. Ni hablar de lo que se expresa en espacios dentro del congreso y en micrófono abierto, instancias que podrían ser usadas estrictamente para anuncios sobre proyectos de ley.

Políticos y medios de comunicación se hacen parte de un sistema donde se nutren mutuamente. Te proveo de material para nuevas reacciones y titulares, y tu me sigues dando visibilidad a mi y a mi partido de cara a nuevas elecciones.

Frases que le llegan a la ciudadanía con información no veraz, manipulada, errónea o derechamente falsa, han proliferado a niveles poco tolerables. Y la tendencia parece ser proveer de la más plena holgura para esgrimir esa tan ansiada frase provocadora, que acrecienta un anti diálogo entre oficialismo y oposición. La comunicación permanece en la superficialidad y en la búsqueda constante de endosarle responsabilidades al otro, por muy burdas que fueren. Frases que se acuerdan y pulen por destemplados mandamases de partidos, que a veces se van ensayando en distintas transmisiones a lo largo del día, como alineándose para repetirlas hasta el cansancio.

El antecedente de Richard Nixon, quien convoca y financia a Agustín Edwards para desestabilizar al gobierno de Salvador Allende, no parece bastar para encausar una estructura comunicacional en que enlodar es parte del juego político y en que todo medio, y en especial los de comunicación, valen para conseguir hacerse del poder político y económico.


Pregunta para los medios y el gran empresariado

Es evidente que los medios tradicionales, en especial los de TV, año a año se ven fortalecidos en lo financiero, en gran parte gracias a quienes, a través de ellos, vuelven a publicitar sus productos y servicios.

Por otra parte, la inversión en despliegue periodístico pareciera rendir frutos en el negocio de las audiencias.

Pero cuando damos cuenta que a la vez aumentan significativamente las performances comunicativas deslenguadas y destempladas de autoridades políticas en que no se les contrapregunta y/o se les permite comunicar a destajo por muy inconexos que puedan escucharse, es que ese mayor despliegue para cubrir noticias no puede ir de la mano con un mejor periodismo.

¿Cuánto están incidiendo hoy los auspiciadores definición de la parrilla televisiva y estilo editorial de noticiarios, matinales y programas de debate?

Productores, Editores, Conductores (periodistas) y panelistas con el raiting en la mano

El método de la TV en vivo de enganchar inagotablemente mediante el disenso, el antagonismo, la polémica y el morbo ha pasado a ser una doctrina que permite inflar una economía donde participa el gran empresariado, políticos y medios de comunicación. Como nunca antes pareciese existir un acuerdo implícito entre estas partes para la perpetuación de esta fórmula y completación de aquel círculo, a costa de acrecentar el sinsentido en la ciudadanía sobre la mejora de sus condiciones y calidad de vida.

Parisi usa concepto ‘merluciano’ y responsabiliza a Boric del mal estado de sectores de Galería Crown Plaza y Valparaíso.

Es posible que en la pasada reunión del 17 de agosto entre el gobierno y ChileVamos se haya expresado cierta preocupación en torno al reciente deterioro del diálogo mediático. Desde lo personal, espero que así haya sido.

A mi entender, sería una señal potente y provechosa que el lenguaje comience a ser usado correcta, humilde y cautelosamente, por parte de políticos de ambos lados. La lógica de una parte no debe distar a la lógica del todo, que la contiene. Ser pro empresa no implica, a la vez, ser anti justicia social. Querer que los super ricos paguen impuestos como se hace en países desarrollados, no quiere decir cerrarse a combinar otras fórmulas para una mayor recaudación estatal. Revisar y constatar fehacientemente con qué otras posibilidades de elección en materia previsional podríamos contar hoy, cuando se habla de Libertad de Elección. Un presunto hecho de corrupción entre dos ex miembros de Revolución Democrática no equivale a hablar de una red de corrupción dentro del gobierno y sus partidos. Pero tal vez más importante, y que se recomienda desde la psicología, no caer en generalizaciones, agregar de ser necesario el ‘a mi parecer’, ‘a mi entender’, ‘en lo personal’, o ‘lo que yo percibo’, en vez de aseverar cómo está percibiendo y evaluando la ciudadanía un fenómeno en particular. En ese sentido, evitar al máximo comienzos de declaraciones con ‘lo que la gente quiere’, ‘la gente está cansada’. La volatilidad de la ciudadanía debiese ser suficiente para dudar de prejuicios o premisas sin datos que los corroboren.


En relación a lo dicho por Piñera en Paraguay, es evidente su intención de dejar plasmada y generalizada su aparente insatisfacción en torno al desempeño del actual gobierno. Pero en lo estrictamente económico, las condiciones inflacionarias han ido mejorando sustancialmente, dada la minuciosa labor del Banco Central. En algunos sectores de la gran industria recientemente se experimentó una desaceleración en relación a suculentas utilidades registradas en años o semestres anteriores. Este es el caso de la industria bancaria, pero no el de las Isapres ni las AFP.

No obstante, que la crítica de responsabilizar al gobierno de una economía ralentizada venga de Sebastián Piñera, quien es parte de un sector que concentra el capital para invertir, es de una hipocresía mayúscula. Por supuesto que no se puede pretender incentivar o volver a estimular el consumo allí donde la fórmula ya está agotada, y donde la mitad de la ciudadanía no gana más de 500 mil pesos al mes.


Por Pablo Muñoz Las Heras