Coquimbo, 23/10/2021.

Ha partido al infinito el gran Haroldo Ireland, oriundo de Coquimbo, bombero, músico, scout, de una admirable fascinación por re-significar a su familia y antepasados, mostrándome cómo la historia de Coquimbo estaba marcada por la historia de los Ireland.

Mi ‘suegrastro’ por estos últimos seis años y algunos meses. Me tocó el privilegio de compartir valiosamente contigo, y quisiera mediante estas palabras dedicarte un adiós compartido, Haroldo. 


Hoy siento un inmenso cariño y admiración por ti, supiste encontrar lo bello en la tradición, en lo ritual, en el reconocimiento y celebración de los Ireland, intentando a la vez suscitar el interés en otros por ir al rescate de sus raíces,

…de conocerlas, dar cuenta del dónde, el cuándo, de quienes estuvieron, de quienes aún están. Y ofrecerse como alguien en quien tus familiares pudiesen contar ‘sin importar por qué’, por la consanguinidad, diciendo presente y abrazando el regocijo del festeje. 

La presencia es mágica, la convivencia con otros nos cambia y tu me cambiaste para bien. 

Imborrable es tu voz y cánticos en guitarra, tu risa, tu amabilidad y el sacrificio por los tuyos. Ese que con tu estoicismo quizá te llevaron a olvidarte un poco de ti.

Siento tu pena por la muerte de tu compañera, a la que pienso se entrelaza con la de tus hijos. Un desencaje, un abandono en el equipo que no los dejaría seguir adelante de la manera imaginada. Hubiese sido un honor acompañarte en ese sufrimiento, escucharnos, darte certeza que contabas con más personas capaces de ponerse en tus zapatos.

Te agradeceré infinitamente habernos mostrado Coquimbo, haber recorrido Guanaqueros , conocer la playa de Totoralillo, y llevado a la Cruz del Tercer Milenio, y a la conmemoración de la muerte del bombero mártir Rubén Gomez Escobar.

Juntos también estuvimos por Santiago el 18 de Octubre del 2019, caminando esa noche por entre las barricadas de Vicuña Mackenna y Diagonal Paraguay. No me parece casualidad y atesoro mucho que nos haya tocado compartir esa experiencia y dar cuenta de las injusticias y desigualdad de un sistema inexorable y sin salida.

Estuviste desde muy temprana edad en el poder judicial. Pudiste dar cuenta de primera fuente cómo se imparte justicia en tu región. Veo tus logros, se de tus cursos de perfeccionamiento y especialización, veo tu orgullo y honra por ser miembro del Cuerpo de Bomberos por tantos años, veo tu aporte en el trabajo y en lo humano con la gente de Coquimbo, veo los buenos momentos que le diste a quienes cantaron contigo. Cuesta mucho aceptar tu partida, pero te imagino contento en el reencuentro con los tuyos, conociéndolos, ellos mostrándote cómo alcanzaron a ver el mundo y cómo se lo imaginan hacia adelante.

Parte de mi ya está contigo, por lo que tengo certeza que nos volveremos a encontrar, y al hacerlo, espero abrazarte y llevarte un mensaje de optimismo y esperanza para este mundo.

Ante todo Gracias, Haroldo. Gracias infinitas.